6:30 de la mañana, suena el despertador… ¿Qué hago despertándome un sábado a esta hora por dios? La respuesta es muy fácil, los valientes que nos atrevemos a hacer esa temeridad en un día libre para ir a Sevilla a un mitin de presentación de candidatos de nuestro partido lo hacemos porque tenemos un compromiso moral y una esperanza en la política. Incluso en estos tiempos difíciles por los que nos ha tocado pasar debemos mostrar nuestro más firme apoyo a los futuros candidatos socialistas, que son los responsables de garantizar un futuro mejor para todas y todos los andaluces. Creo que solo ellos pueden crear un clima de confianza entre nosotros, tomando medidas que siempre nos han caracterizado como son la defensa y mejora de los derechos sociales y de los servicios públicos.
Entre todos estos candidatos tengo que nombrar a María Gámez, que nos está demostrando día a día que hay otra forma de hacer las cosas en Málaga, una Málaga olvidada en sus calles menos turísticas. Ella es capaz de dar ese toque de frescura y vitalidad que hace falta y cambiar de una vez por todas a esa condena que vaga por Málaga como si de un fantasma se tratase, que pasa por esas calles abandonadas de los barrios y que nada le produce en su interior al ver su lamentable estado. Además hablamos de una mujer cercana, preparada, con buena relación con la gente de la calle… todos estos requisitos indispensables para ocupar una alcaldía como la de nuestra ciudad.
He de decir que cuando escuché su nombramiento me sonó un poco mal, ya que pensé que habían puesto a alguien de segundo nivel al solo conocerla de oídas (tampoco es que mi nivel político local sea muy alto), pero mientas más la voy conociendo, más me va sorprendiendo su gran forma de ser y lo claras que tiene las ideas. Estamos ante unas grandes elecciones municipales, así que… ¡a trabajar!
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